Máster en Antropología (FLACSO) y en Estudios de la cultura con mención en Literatura Hispanoamericana (Universidad Andina Simón Bolívar). Fundador del proyecto anarkoeditorial Murcielagario Kartonera y director del extinto Festival Internacional de Poesía de Quito “Kaníbal Urbano”.
Ha ganado del II Premio Hispanoamericano de Poesía “Rubén Bonifaz Nuño” (México-2014) y la convocatoria Poetry in translation de Ugly Duckling Press (New York, 2018).
Ha publicado POPEYE’s Sea (La Apacheta Cartonera, 2014), Ceniza de Rinoceronte (La Caída, 2015), Primavera Nuclear Andina (Ediciones A/terna, 2017), Andean Nuclear Spring (Ugly Duckling Presse, 2019), Cuando Fuimos Punks (Editorial Kikuyo feat. Todos tus crímenes quedarán impunes, 2019; Editorial los Zopilotes, 2023), MACHINEHEAD (Sol Negro, 2023). Incluido en las antologías: Sangre de Spondylus (selección a cargo de Luis Carlos Musso y Mario Pera; Vallejo & Co., 2016), País Imaginario. Escrituras y transtextos. Poesía Latinoamericana 1980 – 1992 (selección a cargo de Maurizio Medo, Mario Arteca y Reynaldo Jiménez; Ay del seis, 2018), Nuestramérica es un verso. Antología poética, 1968-1989 (Fondo de Cultura Económica, 2022).
ANATOMÍA DE UN KNOCKOUT
“los mejores nos ignoraron
los peores nos atormentaron
ahora la vida ha dado un vuelco”
-los krelboynes-
Tommy Morrison
Solía salir con chicas duras
Frecuentaba clubs nocturnos de poca monta
despilfarraba el dinero
Noqueado al primer asalto en 1989
en su primera pelea como profesional
Golpeado por su padre con una antena de televisión
-Lo mismo que cientos de niños-
Por negarse a ganar el pan de cada día
con sus puños y la sangre de otros
No tuve un padre educado
lamentaría tiempo después
Cinco veces campeón amateur de los pesos pesados de los Estados Unidos
–desde ahí las estrellas se ven tan hermosas diría años más tarde-
Ganador en dos ocasiones del premio Golden Gloves
Mismos que empeñó en Manhattan
una noche de cocaína y malas decisiones
Que lloró
peleó
y trastabilló
En las calles de las grandes ciudades desde que tiene memoria
Y que, en casa de su hermana, una tarde de navidad, intentó suicidarse
Mientras escuchaba a Little Richard maullar su conocido
Awop-Bop-a-Loo-Mop Alop-Bam-Boom
Tommy Morrison, noqueador de perdedores
Que aprendió con discriminación
soledad
insultos
persecuciones
A amar a los fracasados
A los humillados por la fortuna
A esos dioses de barro que, noche a noche,
caen indefensos en catres hediondos de homeless
donde los perros y las ratas viven sin vergüenza
unos a lado de otros
Tommy Morrison tigre herido por el miedo
Que envejece por las calles de New York
A la deriva del amor de los ángeles
bajo el desconsuelo de las estrellas
Me pide cinco dólares y me cuenta
que todo el tiempo tenía miedo de subir al cuadrilátero
Pero que más temor le reservaba a su padre
y a su antena de televisión
El club de la pelea
lo sé porque Tyler lo sabe…
nunca han traducido mis poemas a otros idiomas
ni me han invitado a conferencias ni mesas redondas
donde se habla del futuro ido, de las palabras precisas
nunca he sido portada de una revista
ni mucho menos un referente de mi generación
tampoco me han llamado joven promesa, revelación, presagio
no llevarán mis poemas a la pantalla -menos mi vida-
a nadie parece interesarle mis libros, los miran a lo lejos, con desconfianza
no presentan sellos pomposos, ni epígrafes de los grandes maestros
no cuentan con prólogos llenos de recovecos donde el lector
quedará convencido de que este, sí este, es un poeta total
(aplausos)
los aplausos no llegaron,
solo esta oficina transparente desde la cual
puedo ver la forma en que la lluvia
golpea a las flores y considerar que
no está mal ser un cangrejo dormido
lejos de todo el absurdo ruido que los poetas inventan
¡Sapan waranka watakunallatami shamuni!
madre un animal extenso -arrojado brutalmente a la luz- florece en mi sangre
-hermanos-bestiales-hermanos-absurdos-hermanos-olvidados-hermanos-con- -orfandad-de-coca-y-sol-en-las-neuronas-benditos-cuidadores-de-la-eternidad-de- -la-palabra-de-ustedes-este-cuerpo-que-se-ha-de-hacer-roca-y-vacío-de-ustedes- -la-elipsis-de-la-neblina-mutilada-por-el-perdón-hermanos-míos-nada-acabará- -con-ustedes-que-usan-la-locura-para-curar-el-amor-wañushkakunamanta- -shamuni-gritan-cada-noche-y-la-sal-retoña-en-sus-huesos-
(((la primavera nunca hiere a los cálidos ahogados de la noche madre)))
-nosotros-aún-no-contemplamos-las-estrellas-bullir-en-los-ásperos-acantilados-de- -la-parda-locura-del-relámpago- -tan-solo-somos-deshojadas-vetas-de-viento- -destrozadxs-por-el-hambre-buscamos-heridas-en-cada-siglo-con-cada-sol- -desnudxs-nos-aferramos-a-la música-del-mar-y-tal-como-lxs-suicidas-acariciamos- -la-fría-memoria-de-las-aves-
(((madre es tan triste saber que las flores no reventarán este mar mestizo)))
madre un animal extenso -arrojado brutalmente a la luz- florece en mí
en el cielo dios llora por nosotros que lo olvidamos- -lleva el dulce aliento del caos en las venas-ama a un cuervo-aún no recuerda tu nombre-ni tu edad-ni tu sexo-ama a un cuervo-busca locura- -este es dios dice madre-este es dios que te ha de juzgar por ese corazón enfermo- Madre yo no tengo culpa de este corazón enfermo Madre yo no tengo culpa de este corazón inhóspito ni de su color que te recuerda a la pobreza Madre ya no temo a los niños de ojos grises que se estiran en el horizonte a esperar la lluvia menos a sus cantos muertos en otoño (ellos aún gritan mi nombre Madre) ni a sus siglos tiernos ni al silencio que se desgarra en sus ojos Madre yo no tengo culpa de tu fe en ese dios mestizo e infectado que cortó nuestro sol Madre yo no tengo culpa del amor heterosexual homosexual lésbicosexual transexual heteroflexible No tengo culpa madre del capitalismo y su frenesí del comunismo y su vejez De la soledad de tus rituales No tengo culpa de tu amor a este corazón enfermo No tengo culpa madre de los niños grises De la geometría perfecta de su carne Madre no tengo culpa de Hiroshima despojada de las aves ni de Vietnam triste por el cáncer yanki en su aliento Madre no tengo culpa de los días sin tragedias De las noches sin los bellos corazones de los insolentes ángeles de la coca caminando descalzos buscando hambre desesperación no tengo culpa madre de la decadencia de los astros de su esquizofrenia infantil no tengo culpa madre de los peces heridos de tu piel de los sueños húmedos de tu vientre no tengo culpa madre de la lluvia y su fugacidad no tengo culpa de tus venas cansadas de esta ciudad y sus cables no tengo culpa madre de esta luna que arde despojada y necesitada entre nuestras manos no tengo culpa madre de que la poesía sea hermosa pero duela y que todo esté condenado a ser un psicoseado llanto kaníbal derramándose sobre este quemado mundo