Poeta, artista visual y comunicador (guatemalteco-salvadoreño). Ha publicado los libros: Times New Roman punto 12. Editorial Cultura, Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala, 2006. Century Ghotic, punto 10. Vueltegato Editores, 2010. Timeless punto 11. Catafixia Editorial 2011. Sagrada Carne. Editorial Del Gabo, El Salvador 2014.
Ha participado en antologías de poesía, cuento y textos sobre fotografía y arte visual como: Auto-homicidio semántico. Editorial Mundo Bizarro, 1998. Terrorismo Moral y Ético (PASTEL TRES MOSCAS) Editorial Mundo Bizarro, 1998. Tanta imagen tras la puerta. Editorial Universidad Rafael Landívar de Guatemala, 1999. Voces de Posguerra. Embajada de Suiza en Guatemala, 2000. Sin Casaca, Antología de relatos breves, publicado por el Instituto de Cultura Hispánica en Guatemala, 2008. Poesía Latinoamericana. Editorial EGO Group, Miami FL. 2008. Poetas por el Salvador, Editorial Delgado, El Salvador 2008. Microfé, Editorial Catafixia, Guatemala 2013. El futuro empezó ayer, Editorial Catafixia y UNESCO, Guatemala 2013. Prisma I y Prisma II, sobre fotografía contemporánea guatemalteca. Publicado por La Fototeca Guatemala 2017 y 2018. Lenguajes de Luz: Dos siglos de fotografía en Guatemala (1844- 2018). Publicado por La Fototeca y Festival Guatephoto, Guatemala 2018.
Su obra plástica forma parte de varias colecciones de arte, públicas y privadas, en Centroamérica, México y Estados Unidos.
Colaborador del área gráfica de las Editoriales Catafixia, Vueltegato, Editorial X en Guatemala. Chuleta de Cerdo y Metáfora Editores en Quetzaltenango. Editorial del Gabo en El Salvador. Editorial Germinal en Costa Rica, y editorial Encuentros Imaginarios en Suecia.
Fundador espacio experimental y creativo #Abre
Fundador de la agencia de publicidad y comunicación Work And Feeling.
Catedrático de Comunicación Digital de la Universidad Francisco Marroquín
Poema para mis muertos
Lo que duele una partida, quedarse, marcharse, olvidarse que el presente dura solo 13 segundos, que el tiempo es infinitamente corto, campo es fértil para los abrazos, para los vergazos y para la vida. Lo que duelen las palabras suspendidas, los silencios marcados, la sal en las mejillas y sus llantos eternos compartidos. Acurrucados en el pozo más profundo, desnudos bajo la cama, sobre el techo, en las raíces de nuestras calles, en nuestro barrio, ahí está la escalera que tomamos para irnos a la chingada, para dejar por fin este lugar asombroso, esta bola de tierra y aire. Seguramente nuestro fuego quedará un momento, ¿Pero cuánto dura un momento para el universo entero? ¿Qué carajos nos creemos aferrándonos a las paredes? ¿Acaso no somos parte también del polvo que las inunda? Somos las paredes y sus arañas, su historia y sus fantasmas. Somos esta energía que se acopla y desacopla, que marcha peculiar, ola salvaje, electricidad esencial, última letra, principio de la vida que es corta como nuestra memoria y nuestros brindis. Aquí están nuestros pechos desnudos y abiertos, a la espera de las flechas y de los hallazgos. Aquí está nuestra caja de madera, nuestras velas prematuras, nuestra ansiedad de entierros y embriones. Aquí está la savia y la articulación, los músculos y sus causas, la parafernalia del fin, el antepenúltimo abrazo que deseamos, la caminata sin límite, el sendero magno. Aquí está nuestro pedazo de grama, nuestro invento absoluto. Aquí, aquí y ahí, en donde se van difuminando las sonrisas. En donde se van quedando dormidas nuestras ganas de llorar.
Poema de ex-poeta
Vuelvo a mí,
ansiedad polar que se busca y subraya,
calendario y terquedad,
humus humo,
humo sagrado que sobrevive al rictus,
humo de chispas y tierra,
porque tierra soy,
cabra iracunda que aguarda en la cima,
que es la otra vastedad,
el precipicio inverso.
Retorno en horas inexactas,
olvidando el apellido,
manifestación silente sin guión,
sin consigna ni televisión abierta.
Antena torcida que transmite,
los mantras mudos,
los saludos milenarios al vacío,
ahí donde matamos a Buda
solo por chingar.
¿En dónde habrá quedado mi último ombligo
mi pezón sagrado, mi ternura original?
He andado amplitudes y pasadizos secretos,
anduve también el mar, también a veces,
el ademán perenne,
cómico,
y outsider.
Recobro la base de mi espíritu
que es púrpura, cobre,
alcohol y marcha,
salto cuántico al centro
repleto de centros,
saturado de fantasmas y
memos.
Este peldaño acuoso
que es mi aeropuerto antepenúltimo,
viene de las señales constantes
del viento y del horizonte.
Aquí que es mi ahí,
Allí es mi ayer,
mi ahora,
mi pasado mañana,
mi jamás.
El tiempo que aguarda es oro,
plenitud de esqueletos sonrientes
abrazando huesos,
recuerdos y osamentas,
las lunas más terribles,
los lobos prematuros.
La última estación quedó en penumbra,
se hizo pasos tontos y sonetos,
delirios no contados,
oídos rotos, ojos amansados por la edad,
canas que apresaron la nostalgia
y sus voces que hoy, aquí y ahí,
son solamente cadáveres de salmones
flotando río abajo.
Qué apetito de explosión y desenfado,
qué deseo inmenso de océano iracundo
poseyendo la materia de los sueños,
alterando a la noche, la tela madura del tiempo,
el silencio lúcido, el calmado diván de la oración.
Vuelvo a mí,
con la brisa que persigue a las estaciones,
con el fusil hecho un nudo de garganta,
una voz corroída, sangre espesa,
vuelvo a mí.
Y digo que vuelvo con la ciudad a cuestas,
lanzando monedas al suelo,
tejiendo universos microscópicos
en el alba y en el estupor.
Eso que queda manchado en cada arritmia,
en cada estampida de verborreas,
de santos onánicos y sus respectivos clubes de admiradores.
Vuelvo a mí.