Poeta y editora. Fue miembro de los grupos Ritual y Metáfora, con los que fue parte de la organización del Festival internacional de poesía de Quetzaltenango. Coordinó los espacios de discusión y diálogo Poesía para armar y Desarmable en el Centro Cultural de España en Guatemala. Fue subdirectora de la revista electrónica Luna Park y actualmente dirige el proyecto Catafixia Editorial. Coordinadora de la antología crítica El futuro empezó ayer, apuesta por las nuevas escrituras de Guatemala (Unesco-Catafixia Editorial). Publicó los libros de poesía Imagen y semejanza (2010) y Poetas astronautas (2012).
****
Escarbo la tierra
como quien escapa del cielo.
Escarbo la tierra,
como quien quiere desesperadamente regresar a un vientre.
Escarbo la tierra
como quien quiere esconderse
desgastar su cuerpo en una búsqueda.
El espacio entre las uñas y los dedos se separa y sangra.
Se mezcla mi sangre con la tierra
escribe un diminuto riachuelo de humedad.
Y es que quiero encontrarte las entrañas
-país de mordaza inmensa-
quiero encontrar en ellas las inscripciones de nuestras desgracias.
Las intuyo como cuevas de carne
como inmensos fauces.
Las intuyo frías y asustadas
intuyo la caligrafía exacta con que hirieron sus paredes
una caligrafía escrita al revés
contando una historia que empieza en el final.
Escarbo para encontrar ese manuscrito desquiciado,
esa acumulación de pesadillas tatuadas
en el tejido oculto de una patria enferma.
Quizá la sangre que sale de mis uñas
invoque las heridas enterradas
se comuniquen con su sagrado dialecto del dolor.
Quizá deshacer mis dedos en la tierra no sea suficiente,
quizá deba enterrar mis codos,
quizá deba moler mis huesos
quizá deba dejar que mi piel simule rosas pisoteadas en un terreno vacío
que mi piel parezca una acumulación de pétalos
aun sangrantes y palpitando.
Quizá deba simular una semilla,
quizá deba ofrendar mi nombre
para que junto con mi piel y mi sangre,
avancen en la oscuridad de esta tierra,
madre pisoteada que engullirá mi cuerpo
hasta volverlo raíz
hasta volverlo escritura sin tiempo
cadáver/embrión que gesta en el miedo.
****
Nací con el miedo crispado en la espina dorsal
con el miedo convertido en cuenca de ojo vacío.
Y es que mi país recién cortado
se me incrustó al centro de las preguntas
en el centro de mi aún inexistencia
y nací con él
y con un cúmulo de voces que cantan y gritan
y que no entiendo
yo no las entiendo
Voces que crepitan como el fuego de la roza
flor de infinitos pétalos que danzan sobre la superficie de una hierba seca
y avanza,
se come los restos terrestres de una vida temblorosa
País de lenguajes crepitantes
yo te escucho desde esta lengua impuesta
yo te nombro
y sé que no es tu nombre
que aún mis sílabas no son raíces guturales
no le nacen a la tierra,
no son aun tu nombre
Mi palabra trae restos de sangre
mi palabra es el filo que amputó tu nombre
siento la sangre coagularse en el paladar de lo que digo
siento el miedo que tiembla en el eco de lo que nombro
País terrible y hermoso
país de cantos atravesados
Das a luz monstruos
andan a gatas por este terreno baldío recién quemado por la roza
terreno que espera -como una madre herida- la semilla del miedo
para hacerla brotar, para que crezcan de ella árboles llenos de cabezas
para que saliven tiempo, para que brote de ellos la pregunta
País terrible y hermoso
nací con el miedo entre los brazos
miedo que canta tus nombres
que escucho y me pongo por encima de la piel
nombres que engullo para que me enseñen a sangrar raíces
País terrible y hermoso
en el centro de tu fuego crepita la palabra
en el centro de tu fuego arderá mi nombre impuesto
en el centro de tu fuego seré ceniza dormida.
Lecturas Asignadas
Quetzaltenango y Sedes
Colegio Holandés | 03-ago | 9am |