Chary Gumeta -México-

(Ma. Del Rosario Velázquez Gumeta, Chiapas, México, 1962) Poeta y Promotora Cultural de Arte y Literatura. Ha publicado en diversos medios de difusión libros de poesía y de investigación histórica regional. Su última publicación en México es una antología personal que reúne seis de sus libros titulado “COMO PLUMAS DE PÁJAROS” (Coneculta-Chiapas, México, 2016) y en el extranjero “DESPATRIADOS” (Edit. Metáfora. Guatemala 2018) Y “UNA LAGRIMA EN LA LLUVIA” (Edit. Andesground. Chile, 2019) Su poesía es reconocida en muchos países por ser realizados a través del testimonio de hechos sociales. Ha participado en antologías y festivales nacionales e internacionales. A través de la antología VOCES DE AMERICA LATINA (Edit. MediaIsla, E. U. 2016) sus textos son parte de la cátedra de Literatura en la Universidad Hunter College of New York. Como ponente ha sido parte de Ferias de Libros y Coloquios importantes de México y algunos países de Latinoamérica. Fundó y dirige el fanzine YOMORAN JAYATZAME (Mujeres Poetas) que visibiliza y difunde la poesía hecha por mujeres. Es integrante de varios movimientos poéticos como Grito de Mujer, Word Poetry Movement y Poesía sin Fronteras de CREA GUATEMALA. Actualmente es Coordinadora del Festival Internacional de Poesía Contemporánea San Cristóbal de Las Casas y del Festival Multidisciplinario Proyecto Posh.

PERDONAME ROSA

Para Marisela Escobedo Ortiz

In Memorian

Activista asesinada en Chihuahua, México

Rosa,

en tus ojos se refleja

la violencia de este mundo.

Recuerdo con angustia tu tardanza,

tuve un mal presentimiento

cuando vi los nubarrones en el cielo

que amenazaban con la lluvia,

me invadió el miedo y salí a buscarte.

Te encontré sobre un mar rojo que absorbía tu vida,

a un lado, tu ángel de la guarda

llorando por haberte soltado de la mano.

Rosa,

mis lágrimas han formado

un río que transita por mi pecho

y tú ya no estas

para bañar al consuelo con tus manos.

Las bestias, Rosa,

rondan la oscuridad acechando la desgracia,

quiero ir tras ellos

y poner tu nombre en sus pupilas

hasta ver como se extingue la luz de su existencia.

La tranquilidad no es el sosiego que necesito

sino tus manos tibias que le hagan cariños a mi rostro.

Perdóname Rosa,

perdóname la rabia y los lamentos,

perdóname por no pensar en tus hijos

y en tu perro que gime por las noches

exigiendo tu presencia.

En mi vive un ser sediento de venganza,

eso es lo que me mantiene viva.

Rosa,

el sol no entrará más por mi ventana,

hasta que no traiga la cabeza de medusa

y la entierre junto a las raíces de un árbol

que te abrace con la sabia de sus ramas.

Perdóname Rosa

pero solo la muerte

podrá silenciar mi llanto.

EL ZUMBIDO DE LA MUERTE

Fumo un cigarro frente a la ventana

Veo pasar los automóviles

la velocidad que llevan

es igual a la de mis pensamientos.

Llega la noche y la aspiro lentamente

me recuesto sobre la cama

mi mente se ocupa de mil formas.

¿Hasta cuándo la espera?

El reloj devora las horas

tu sombra vaga por la habitación

se desliza por las paredes blancas

imagino tu sonrisa con dientes perlados

ilumina el instante en que te escapas

por las rendijas de la puerta.

Suena el timbre del teléfono

“Señora la hemos encontrado

venga a la comisaria”

el zumbido de la muerte

ensordece mis oídos.