Nada más acertado que trazar un bulevar como destino. Demasiada gente (nombres que se alteran o coinciden en repetirse), algunos sitios para entrar y disimuladamente robar cosas, algunos cuerpos que son callejones sin salida, algunas resonancias magnéticas que evitan la amnesia beatnik.
Nada más acertado que caminar para recuperar imágenes o para rescatar manchas. Manchas que son aforismos encendidos en la ciudad.
Nada más acertado que trasladar a figuras abstractas el semen o la orina que corre en calles distintas, en ciudades distintas y en habitaciones distintas de este error geográfico que llamamos Centroamérica.
Nada más acertado que hallarnos a Faustino Desinach, en su cruda sencillez, haciendo un inventario de esas llamadas perdidas, con el siguiente título: El bulevar de los infieles y otros poemas obscenos.
Javier Payeras, Ciudad de Guatemala.