Karla Coreas -El Salvador-

Poeta, traductora, activista cultural. Autora de Tarde en Manhattan (2008 y 2012), Como dos perfectos extraños (2014), Péndulo y Música para aeropuertos (inéditos) y las traducciones Milagro/Las Horas del israelí, Amir Or y Performance para mí mismo del checo, Martin Zet. Publicada en antologías, revistas, y periódicos dentro y fuera de los Estados Unidos. Es asidua de importantes festivales internacionales de poesía. Es directora de Urpi Editores en Nueva York; y presidente del Festival Latinoamericano de Poesía Ciudad de Nueva York y de Latino Poets New York. Ha sido traducida al inglés, portugués, italiano, hebreo, francés y árabe.

*

Fui a recoger flores al cementerio,

flores para adornar tus labios.

Dicen los muertos

que todo estará bien.

Te entregué la flor de fuego,

un mantel tejido en San Sebastián,

nuestros cuerpos que bajo

la lluvia se derriten.

**

Pudo ser la libélula que viaja hasta él.

Tierra pantanosa donde hacen fiesta.

No lo puede abrazar – él no ve sus alas –

Transparente la esperanza.

Inmóvil se coloca sobre su espalda,

Lo protege.  Pudo alejarse: se aquieta.

Crece ninfa, posa eterna junto a él.  Yacen.

Podría morir de distintas formas.

Podría no ser inmortal.

El ríe. Ella, atenta, lo escucha.

***

Si hubiese nacido diez años antes, en 1962, quizás me habría tocado ser la hija de otra madre soltera; hija de una hippie; habría recorrido el mundo. Me imagino distintas oportunidades: estudiar fuera; aunque, he de confesar, me es difícil pensarme impropia, italiana, por ejemplo. O, diez años antes, papá acaso sería un dentista reconocido, y mamá una dama noble y distinguida. O, qué tal El Salvador: los mismos padres, diferentes circunstancias. No se me ocurre nacer en los 80, qué terrible: nacer en medio de la guerra: tal vez estaría muerta. Ahora, mi futuro: ¿con quién? No se me ocurre con quién. Yo, diez años antes, no hubiese sido sino la que, diez años después, seré.