Rosario, Argentina, doctora, catedrática de Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, poeta y narradora radicada en Estados Unidos. Como exprisionera política y escritora ha participado en congresos, coloquios, ferias del libro y festivales de poesía en los Estados Unidos, en diferentes países de América Latina y el Caribe, en Canadá y España. Es autora de Fragmentos de la memoria: Recuerdos de una experiencia carcelaria (1975-1980), declarado de interés nacional por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina; de los poemarios: Con la memoria al ras de la garganta; Quedó la puerta abierta; Hijas de los vuelos; Un gato de ojos grandes me mira fijamente; Heme aquí; Con la memoria stretta in gola; Sé vuelo; es coautora, con Juana M. Ramos, de Tomamos la palabra: mujeres en la guerra civil de El Salvador (1980-1992). Sus poemas learn more, relatos y ensayos han aparecido en antologías y publicaciones literarias, de educación y derechos humanos de EUA, América Latina y España.
Continuum
Hilo débil el que sujeta nuestras vidas
hechas de trapos sudores y miserias.
Fugaz el paso del hombre en la rueda del samsara que no cesa.
En un continuum matemático muerte y vida se repiten y son cara y cruz de la misma moneda.
Somos siempre los mismos los que estamos y no estamos
los que vamos y volvemos
los que en acompasados ritmos
sostenemos la rueda de la vida
asidos a invisibles hilos que nos sustentan.
En busca de la palabra exacta
Quiero la palabra filosa como espada
para clavarla en el corazón de la injusticia.
Quiero la palabra justa y bruñida como diamante
para cantarle al amor que desborda tu alma.
Otra muerte, otra vida
Camino por una ciudad poblada
de edificios y ventanas,
de gente presurosa en pos de metas pasajeras.
Camino ajena a este espacio y a este tiempo.
De la distancia llegan las voces
que me acompañan.
Camino con los muertos,
en mi memoria,
vivos, enteros.
Soy yo y soy muchas.
Una la que anda por latitudes extrañas,
otra-otras preñada de memorias.
Calles estrechas recuperan sus contornos.
El sur, punto luminoso,
se ensancha en la lejanía,
cobra forma,
se colma de siluetas
que agitan banderas,
se inflama con el eco
de palabras nuevas.
La muerte es una sombra a la que no le tememos,
llega mansa, puntual,
sin cadenas ni metrallas,
sin estruendos, sin gritos,
llega como la amiga que despide a la amiga
para fecundar la semilla
y dar luz a otra tierra
pletórica de risas y de cantos.