Estudiante egresado de Literatura en la Universidad Central del Ecuador; institución donde también funge de bibliotecario. Ha publicado los libros de poesía Bandada (Deidad y Suplicio) (Primer Premio Nacional de Poesía Emergente Desembarco 2013), Cesado el nombre (Premio Único Nacional de Poesía en Paralelo 0, 2013) y su libro tratado: Silicone Baby (2012,México D.F.) Como reconocimiento a su obra disfrutó de una beca en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores en Córdoba, España. Ha sido incluido en varias antologías dentro y fuera del país. En sus tiempos libres dirige los talleres cinegéticos de excritura.
MERTSO
El embrollado quiste dista del aparcamiento donde la flojera resistía un poco más. Me corrijo la postura, agravasen estos líos sobre el damero rotando el cielo que ha de venir de su encaste sacudida abajo y no su diferencia.
Cada filamento de filigrana. Aderezo de nuevas tempestades una vez vencido el escolio transitado de esta carretera.
Una vez abierta la reja y el campo con sus humedales con marco de oro encima: el bochorno simplifica la vida, no es sugerente el acto premeditado de cada muerte sin posibilidad al último respiro.
Vengo con mi aretito de cruz tambaleándose de lado a lado; en tanto las azaleas pasan agigantadas a los costados, se sentía así: el dulce aroma a la distancia de los eucaliptos algo maltrechos por su vida alrededor: y qué hay de los animales que empiezan a huir, no del todo llano el paso entre las llamas fija mi atención, cuerpos desprenden fuera y dentro su sed menos cavada.
VETO
Tras vaciar el aluvión denegado de la oscuridad
se atrofia el frescor del jadeo de los animales:
aquí la creencia del paraíso aludido de infierno desencadena su furia.
Circunvalé aquel sudario hasta la historia de nuestros días
como el velo empañado de frío unciendo las lágrimas de un santo.
Aunque el instinto afana la restitución de su fin:
sigo desnudo entre la maleza,
esperando que mi virilidad tome forma.
¡Yerga mi retirada al fondo del claustro!
no prodigaré blasfemias con idolatría de presagios,
quiero aprender de los demás,
pero solazarme con persignar el sonido del cuerno
pronuncia mi desventura.
Resignado el veto,
una jauría enloquece.