Ixim Ulew, 1978. Mestizo kaqchikel. Reniega de la identidad nacional, esa comunidad imaginada desde las elites. Agradece los caminos y montañas que llevan al paraje de la nostalgia y el cariño. Pretende escribir más poemas, si el pasado lo permite.
Desde la niebla y el relámpago
Desperté sobre la rama de un cerezo
mis hermanas fueron verdes frutas por madurar y ser fuego
la oscuridad fue mi madre cariñosa y lejana
Al dar vuelta sobre la corteza nueva de aquella rama, caí
salto originado en el sueño de dos perros ciegos
treinta y dos granos de arena dentro del reloj de la añoranza
pero la fuerza del viento y la sabiduría de la tierra
me recibieron como lluvia
Al caer, se formó un charco azul entre tres volcanes
De sur a norte, por la franja infinita del oriente
volé para regresar el tiempo
tocar el monte más alto y acurrucarme en el nido gris
morada erigida con ojos de lechuzas despiertas
mujeres que han visto al mundo desde la niebla y el relámpago