Nació en la ciudad de Guatemala, pero varios años de infancia y juventud, vivió en Huehuetenango, con sus abuelos y algunos otros en ciudad de México, donde estaba su padre en el exilio. Formalmente hizo estudios de Antropología hasta doctorarse en Francia e informalmente tuvo una formación literaria en talleres de narrativa con Tito Monterroso y de poesía con Carlos Illescas, cuando residió en México.
Ha publicado varios libros. De cuentos: El estuche del porvenir (1987) en Oaxaca, México y Condición de paso (2002) y de poesía: Amorosamente en 1999 también aparecidos en Guatemala. Ese año fue ganadora del primer premio del concurso nacional de cuentos del Periódico- Bancafé. Fue incluida en la Antología de la poesía guatemalteca del siglo XX coordinada por Enrique Noriega (2016).
Desde 2004 en Guatemala ha publicado cuentos y poesía en medios nacionales como “La Cuerda”, La Ermita, Revista de la Universidad de San Carlos y diversos suplementos culturales. También ha publicado libros y artículos académicos en Guatemala y otros países.
Adagio en Paris 95
i.
En otro punto del mapa, en una prestigiosa parte del globo,
percatándome de la redondez del mundo.
Viaje, cuya navegación y trayectoria tan lejos me han traído,
reaviva lazos antiguos con la tierra mía.
Adorada tierra, llena de muertos y de vida, por igual repartidos en la memoria.
Historia de epopeyas silenciosas y anónimos héroes,
aún llena de sangre y sin grandes victorias.
En un momento obligado al silencio y la mesura, a la recomposición.
Muchos de los sueños se hallan rotos, pero es imperativo seguir.
No por nada han quedado inscritas tantas historias en la piel
ii.
La geografía de los continentes se cruza
(con su sabor y vicios)
viaja a través de los mundos privados
(alguien puede ser más que el país que le vio nacer
y hacerse gente)
Inmigrantes es el nombre que reciben,
cuando pronuncian su nombre y apellidos,
en esas circunstancias viven casi eternamente,
pagando al mismo tiempo una purga y
una abultada cuenta por decir las cosas que dijeron,
por pensar, por hacer…
sin la autorización debida
Para gentes así (y para otros, quizá)
la vida adquiere
cierto tono de nostalgia,
de lo que se perdió,
de lo que se va a perder…
El transitar impone reglas severas.
Presente es la única conjugación permitida.
Pasado, la génesis de la diáspora y
Futuro sólo un espacio irreal, impreciso;
pero idea fija al fin.
Un mundo personal así, con esa itinerancia
suele ser frágil, tiene que serlo para poder flotar…
navegar, adentrarse y poder salir de la mar,
cuando llegue el regreso……
Hay quienes se pierden en el viaje,
quienes se quedan en otro lado y olvidan o no,
hay quienes se quedan fríos y
descansan, bajo una lápida
El tiempo pasa en todas partes.
iii
Otro ciclo ha sido anunciado
continuidad significa y rompimientos.
Sobrevienen algunos cambios
(a uno no le parecen ni los más justos ni los más necesarios,
vaya que para eso es uno tan necio)
Sin embargo ¿qué realidad aguarda?
¿un abanico?
¿un pasillo estrecho?
¿una zona en claroscuro permanente?
desde la delicada muestra de viejas utopías
hasta la sonrisa más cínica
atraviesan juntas la calle.
Cómo, hacia dónde
son preguntas que trae el insomnio.
A nadie espera una sola respuesta.