Salvador Madrid -Honduras-

1978. Ha publicado Visión de las cenizas (Levemente Odiosos Editores, 2004) la antología de poetas hondureños La hora siguiente (Il Miglior Fabbro, 2005), Mientras la sombra (Editorial Efímera, 2015) y Crónica de los despojos (Casa de Poesía, 2017), Los trabajos del tiempo (Ladrones del tiempo, Uniediciones 2019), y ha colaborado en docenas de libros sobre arte, literatura, lectura y escritura. 

Es considerado una de las voces más representativas de la literatura joven de Centroamérica y el mayor gestor cultural de su país. Fue fundador de PaíspoEsible, editor del proyecto de masificación de la lectura “Leer es fiesta” y actual director del Festival Internacional de Poesía Los Confines que se desarrolla en Honduras.

Salvador Madrid ha realizado una inmersión social por seis años en la zona rural de Lempira y con base en su experiencia conceptualizó las Bibliotecas Blue Lupin que implementa Plan International Honduras, consideradas una de las mejores prácticas de lectura creativa en América Latina. 

Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, italiano, neerlandés y portugués. Ha sido invitado a festivales, congresos y encuentros de escritores en América Latina, EEUU, Canadá y Europa.

Dialéctica

Está el hombre joven

frente al hombre viejo de mi tierra,

y el hombre joven sabe que la única ventana

a la que puede asomarse en su vida

es el agujero en el pecho del hombre viejo.

Y porque así es el tiempo

hoy soy de los hombres jóvenes de esta tierra,

pero sólo siento un sabor a ranciedad

en estos años nuevos;

nada más oigo entre el vértigo

la deriva que cae por una escalera infinita

y arrastra en sus giros lo poco de alma

que les queda a esas cosas que nos pertenecen

No ha sido fácil recorrer este camino

por donde nos señalaron que se llega al amor.

No ha sido fácil decidirse a perderlo todo

para ganar un poco.

Y está el hombre joven frente al hombre viejo

y puede que alguien se acerque

a decirnos que debemos ser así,

mansos, de modales dulces

y que el hombre viejo es un ejemplo de vida.

No es necedad, ni asunto de conciencia,

pero poco vale este agujero

por donde quieren que vea la vida

y poco vale la vida

si un hombre necesita un agujero para verla.